Pasar una estadía en el Rancho Don Rey permite tirar a un lado el cansancio y el ajetreo que implica vivir en la ciudad. Allí todo es paz y gozo.
Sabana de la Mar tiene grandes tesoros turísticos. Hay personas que están apostando a explotarlo, y lo han hecho con espacios que alejan a los visitantes de la ciudad y lo acercan a la naturaleza.
El Rancho Don Rey es uno de esos lugares que distinguen a este pueblo. Lo primero que siente el visitante desde que baja del vehículo es el aire puro que se respira, pero de inmediato comienza a observar el paisaje y a disfrutar de las hermosas vistas y de los caballos que activan el complejo.
La temperatura agradable deja sentir una suave brisa que permite caminar o descansar, mientras la sensación de paz hace que el cuerpo se relaje, escuchando el trinar de las aves, y como reza el slogan del rancho: escaparse a la naturaleza.
Un grupo de periodistas disfrutó de un fin de semana en el lugar, ubicado a sólo dos kilómetros del pueblo de Sabana de la Mar y a 150 de Santo Domingo, reconocido en República Dominicana por ser el mayor criador de caballos de la raza “American Quarter Horse”, participando en eventos que le han permitido obtener múltiples premios en los últimos seis años.
Amigable con el medio ambiente, en el rancho se trabaja para su preservación. Se organizan viajes ecoturísticos para colegios y universidades, con un programa que incluye actividades educativas, charlas a cargo de profesionales del área de la biología, veterinaria, agropecuaria y astronomía. Además realizan ‘camping’, actividades de desafío para la integración, ordeño manual y mecánico, elaboración de quesos y visitas guiadas a establos y excursiones.
También producen muchos de los alimentos que se consumen, con lo cual se asegura el tener productos frescos y libres de pesticidas.
El lugar es ideal para practicar una gran variedad de deportes, hacer campamentos, retiros, actividades recreativas y de integración para empresas y grupos familiares, celebración de bodas, bautizos y cumpleaños, entre otros.
Un recorrido por el entorno hizo posible conocer todas sus áreas. Tienen lugares de juegos para los niños, piscina y jacuzzi, actividades que conectan con la naturaleza; y por la amplitud del terreno, permite caminar por el campo y la montaña a quienes gustan de hacer senderismo.
Aprender a montar a caballo o practicar equitación es otra de las actividades que se pueden realizar en el rancho, ya que cuenta con unos 40 caballos, con dos arenas, una techada, ideal para práctica ecuestre y otra al aire libre, para prácticas y competencias.
Además ofrece membresía para quienes estén interesados en practicar equitación, ‘reining’ (doma vaquera) o rodeo. Fauntly Garrido explicó que, si una persona tiene caballos y requiere de un lugar donde albergarlo, pueden llevarlos al rancho, donde recibirán las mejores atenciones y ellos podrán formar parte del club ecuestre, lo que les permitirá aprovechar todas las amenidades de la estancia.
El rancho cuenta con una villa con capacidad para unas 60 personas. Las habitaciones cuentan con una cama principal y literas, aire acondicionado, escrines en las ventanas, baños con agua caliente y otros detalles.
El salón comedor cuenta con mesas de billar, de ping pong, cancha de fútbol y un área de juegos para niños, muy próxima a la villa. Por las noches el salón se llena de romanticismo con luces bajas, para cantar en karaoke o habilitar una pista para bailar. Dentro de la montaña es posible experimentar la aventura de lanzarse por la cuerda.
Fuente: Margarita Brito
http://www.listindiario.com/la-vida/2017/03/15/457822/un-pedacito-de-cielo-entre-las-montanas
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